Cap�tulo 14: El Buda
179. Quien conquista la pasi�n, no vuelve a ser derrotado; �qu� podr�a perturbar al Buda omnisciente, libre de cualquier pasi�n y cuyo camino conduce a �l ?
180. �l, en quien no hay enredo, liberado de la avidez que hace renacer, �qu� podr�a perturbar al Buda omnisciente y cuyo camino conduce a �l?
181. Los sabios se adiestran en la meditaci�n y se deleitan en la paz de la renuncia; tales Budas de mente perfecta incluso por los dioses son muy queridos.
182. Raro es el nacimiento como un ser humano. Dif�cil es la vida de los mortales. Extra�o es escuchar la Sublime Ense�anza. Rara es la aparici�n de los Budas.
183. El abandono del mal, el cultivo del bien y la purificaci�n de la mente: tal es la ense�anza de los Budas.
184. La paciencia y la tolerancia son la m�s alta ascesis. Los Budas proclaman que el Nibbana es el supremo. No es un renunciante ni un asceta el que agrede a los otros.
185. No reprochar, no hacer ning�n da�o, practicar la moderaci�n seg�n los preceptos fundamentales, ser moderado en la alimentaci�n, residir en la soledad, aplicarse uno mismo a la concentraci�n mental elevada, tal es la ense�anza de los Budas.
186-187. Ni un torrente de monedas de oro hace la felicidad levantando placeres sensuales. De peque�as dulzuras y penas son los placeres sensuales. Conociendo esto, el hombre sabio no encuentra felicidad ni siquiera en placeres celestiales. El disc�pulo del Todo Iluminado se deleita en la aniquilaci�n del apego.
188-189. Conducidos por el miedo, los hombres acuden a muchos refugios, a monta�as, bosques, grutas, �rboles y temples. Tales, empero, no son refugios seguros. Acudiendo a estos refugios, uno no se libera del dolor.
190-191-192. Pero aquel que toma refugio en el Buda, la Ense�anza y la Orden y ve con recta comprensi�n las Cuatro Nobles Verdades; tal es en realidad el refugio seguro; �se es en verdad el refugio supremo. Recurriendo a este refugio, uno se libera de todo sufrimiento.
193. Dif�cil es hallar al hombre de gran sabidur�a: tal hombre no nace en cualquier parte. Cuando nace un hombre as�, que la familia se sienta muy dichosa.
194. Feliz es el nacimiento de los Budas; feliz es la Ense�anza de la Doctrina sublime; feliz es la unidad de la Orden; feliz es la vida austera de los unidos.
195-196. Qu� valiosa es la reverencia de aquel que reverencia al Buda y sus disc�pulos; �stos han superado los impedimentos y se han liberado de la pena y la lamentaci�n. El m�rito de quien reverencia a tales hombres pac�ficos y sin miedo por nadie ni nada puede ser medido.