Cap�tulo 22: La Desgracia
306. El que no dice la verdad, va a un estado totalmente desgraciado, y tambi�n el que habiendo hecho algo dice que no lo hizo. Ambos, por igual, despu�s de la muerte pagar�n sus acciones en otro mundo.
307. Muchos que visten la t�nica amarilla son de mala disposici�n y descontrolados. Debido a la suma de sus perversas acciones, nacer�n en un estado desgraciado.
308. M�s valdr�a que el perverso se tragase una bola de acero candente como una llama de fuego, que ser
inmoral y descontrolada persona tomando las limosnas que le ofrecen las gentes.
309. Cuatro calamidades se precipitan sobre el hombre negligente que se asocia con mujeres de otros: la adquisici�n de dem�ritos, p�rdida de sue�o, sentimiento de culpa y un estado de lamentaci�n .
310. Hay adquisici�n de dem�ritos lo mismo que hay un buen y un mal destino. Breve es la alegr�a del hombre y la mujer asustados. El Rey impone un grave castigo. Ning�n hombre debe frecuentar a la mujer de otro .
311. De la misma manera que una brizna de hierba kusa mal cogida con la mano la corta, as� la vida de un asceta mal enfocada le conduce a un estado de desgracia.
312. Cuando lo que debe ser hecho no es hecho, hay pr�ctica corrupta y la vida santa es dudosa, no sobreviene ning�n fruto.
313. Si algo debe ser hecho, uno debe hacerlo. Uno debe ir ascendiendo con firmeza, liber�ndose de los extremes.
314. Es mejor evitar hacer la mala acci�n, porque �sta es seguida por el remordimiento; mejor hacer la buena acci�n, tras la cual no se produce ning�n estado de lamentaci�n.
315. Como una ciudad fronteriza, bien custodiada por dentro y por fuera, gu�rdese uno a s� mismo. Que no descuide la oportunidad; para aquellos que descuidan la oportunidad, habr� nacimiento en un doloroso estado.
316. Aquellos que se averg�enzan cuando no deber�an avergonzarse y que no se averg�enzan cuando deber�an hacerlo, est�n condicionados por equivocados puntos de vista y se conducen hacia un estado de dolor.
317. Aquellos que temen lo que no debe ser temido y no temen lo que debe ser temido, est�n condicionados por equivocados puntos de vista y se conducen hacia un estado de dolor.
318. Imaginan como equivocado lo que no es equivocado y como no equivocado lo que s� lo es: seres que mantienen tales falsos puntos de vista se desploman en un estado de dolor.
319. Conociendo lo equivocado como equivocado y lo acertado como acertado: esos seres, adoptando la visi�n correcta, alcanzan un estado de felicidad.