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Indice del artículo
El Dhammapada
Cap�tulo 2: La Atenci�n
Cap�tulo 3: La mente
Cap�tulo 4: Flores
Cap�tulo 5: Necios
Cap�tulo 6: El sabio
Cap�tulo 7: El honesto
Cap�tulo 8: Miles
Cap�tulo 9: El Mal
Cap�tulo 10: Castigo
Cap�tulo 11: La Vejez
Cap�tulo 12: Autocontrol
Cap�tulo 13: El Mundo
Cap�tulo 14: El Buda
Cap�tulo 15: Felicidad
Cap�tulo 16: El Apego
Cap�tulo 17: La Ira
Cap�tulo 18: Impurezas
Cap�tulo 19: El Justo
Cap�tulo 20: El Camino
Cap�tulo 21: Miscel�nea
Cap�tulo 22: La Desgracia
Cap�tulo 23: El Elefante
Cap�tulo 24: Avidez
Cap�tulo 25: El monje
Cap�tulo 26: El Noble
Todas las páginas

Cap�tulo 6: El sabio

76. Si uno encuentra un hombre sabio, quien como un descubridor de tesoros te se�ala tus defectos y te llama la atenci�n sobre los mismos, debe asociarse con tal persona. Uno ir� bien y no mal en la compa��a de esta persona.

77. Dejadle que os aconseje y exhorte y os disuada del error. Esta persona es valiosa para los nobles, pero desagradable para los mezquinos.

78. No os asoci�is con amigos mezquinos; no manteng�is la compa��a de hombres innobles. Asociaos con amigos nobles; conservad la compa��a de los mejores entre los hombres.

79. Aquel que bebe en la fuente de la Ense�anza vive felizmente con una mente serena. El hombre sabio siempre goza en la Ense�anza proclamada por los nobles iluminados.

80. Los que riegan, canalizan el agua; los arqueros enderezan la flecha; los carpinteros tallan la madera; los sabios se disciplinan.

81. Como una s�lida roca no se mueve con el viento, as� el sabio permanece imperturbado ante la calumnia y el halago.

82. Como un lago profundo es transparente y tranquilo, as� se vuelven los sabios al escuchar la Ense�anza.

83. El santo se desapega de todo y no se implica en la avidez sensual. Cuando le alcanza la felicidad o el sufrimiento, con sabidur�a no se deja afectar ni por la euforia ni por el abatimiento.

84. Ni para s� mismo ni para otros desea hijos, riquezas o reinos; ni con equ�vocos busca su propio �xito.
Una persona as� es, por supuesto, virtuosa, sabia y recta.

85. Pocos entre los seres humanos son los que cruzan a la otra orilla. La mayor�a solamente suben y bajan por la misma orilla.

86. Pero aquellos que obran rectamente de acuerdo con la Ense�anza, que est� bien establecida, cruzan m�s all� de las pasiones y alcanzan el Nibbana.

87-88. Viniendo desde el hogar al estado sin hogar, que el hombre sabio abandone los estados de ofuscaci�n y cultive la lucidez. Por dif�cil que resulte, que busque el deleitamiento y el disfrute en el desapego. Superando los placeres sensuales, sin impedimentos, el sabio se libra a si mismo de las impurezas de la mente .

89. Aquellos que perfeccionan sus mentes en los Factores de Iluminaci�n, sin ataduras, deleit�ndose en el abandono de la avidez, esos, libres de corrupci�n, esclarecidos, alcanzan el Nibbana incluso en este mundo.



Última actualización el Sábado, 02 de Noviembre de 2013 01:44  

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"Argumentar implica el deseo de ganar, fortalece el ego�smo, y nos ata a la creencia de la idea de �un yo, un ser, un ser vivo, y una persona�...� - Hui Neng