Cap�tulo 8: Miles
100. Mejor que mil disertaciones, mejor que un mero revoltijo de palabras sin significado, es una frase sensata, al escuchar la cual uno se calma.
101. Mejor que mil versos de palabras in�tiles, es uno con una simple y beneficiosa l�nea que al escucharla uno se serene.
102. Mejor es una simple palabra de la Doctrina -que pacifica al que la oye- que cien versos de innumerables palabras.
103. M�s grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo.
104-105. Mejor conquistarse a uno mismo que conquistar a los dem�s. Ni un dios ni un semidi�s, ni Mara ni Brahma, pueden deshacer la victoria de aquel que se ha amaestrado a s� mismo y se conduce siempre
con moderaci�n.
106. Aunque mes tras mes, hasta mil, uno hiciera ofrendas durante cien a�os, pero otro honrase a un iluminado solamente por un momento, esta reverencia es mejor que el sacrificio de cien a�os.
107. Aunque durante un siglo un hombre hiciera el rito del fuego en el bosque, si por un solo momento honrase a un iluminado, esta reverencia es mejor que el sacrificio del fuego durante un siglo.
108. Lo que uno ofrezca en este mundo durante un a�o, o los regales que efect�e para alcanzar m�rito, es una nimiedad al lado de lo que representa honrar a aquel santo que es excelente .
109. Para el que cultiva el h�bito de reverenciar constantemente a los mayores y respetarlos, cuatro bendiciones van en aumento: edad, belleza, bendici�n y fuerza.
110. Un solo d�a de la vida de una persona virtuosa y meditativa vale m�s que los cien anos de la vida de una persona inmoral y descontrolada .
111. Un solo d�a de la vida de una persona que se esfuerza con firme resoluci�n vale m�s que cien a�os de la vida de una persona perezosa e indolente.
112. Un solo d�a de la vida de una persona que hace un intenso esfuerzo vale m�s que cien a�os en la vida de uno que es perezoso e inactivo.
113. Un solo d�a de la vida de una persona que comprenda c�mo todas las cosas surgen y se desvanecen, vale m�s que cien a�os de la vida de una persona que no comprende c�mo las cosas surgen y se desvanecen.
114. Un solo d�a de la vida de una persona que vea el Estado Inmortal vale m�s que cien d�as de la vida de una persona sin la visi�n del Estado Inmortal.
115. Un solo d�a de la vida de una persona que perciba la Sublime Verdad vale m�s que cien a�os de la vida de una persona que no perciba la Sublime Verdad.