Cap�tulo 9: El Mal
116. Apresuraos en hacer el bien; refrenad vuestra mente hacia el mal, ya que quienquiera que es lento en hacer el bien, se recrea en el mal.
117. Si un hombre obra mal, que no lo haga una y otra vez, que no se recree en ello. Dolorosa es la acumulaci�n del mal.
118. Si un hombre obra bien, que lo haga una y otra vez, que se recree en ello. Feliz es la acumulaci�n del bien.
119. El malhechor todo lo ve bien hasta que su mala acci�n da fruto, pero cuando madura la fruta, entonces ve sus desafortunados efectos.
120. Incluso una buena persona puede experimentar dolor al obrar bien, pero en cuanto el fruto se produce, entonces experimenta los buenos resultados.
121. No pens�is con ligereza sobre el mal dici�ndoos �no vendr� a m��. Igual que un c�ntaro se llena gota a gota, del mismo modo el necio, acumul�ndolo poco a poco, se llena de maldad.
122. No pens�is con ligereza sobre el bien dici�ndoos �no vendr� a m��. Igual que un c�ntaro se llena gota a gota, del mismo modo el sabio, acumul�ndolo poco a poco, se llena de bondad.
123. Igual que un comerciante con una peque�a caravana transportando mucha riqueza evitar�a un camino peligroso, y as� como un hombre que ama la vida evitar�a el veneno, as� uno deber�a evitar el mal.
124. Del mismo modo que el veneno no puede da�ar la mano que lo transporta, pues el veneno no afecta si no hay herida, as� no sufre da�o quien no est� equivocado.
125. Quienquiera que hiere a un hombre inocente, puro y sin falta, aquel mal se vuelve contra ese necio, as� como el polvo que se ha lanzado contra el viento.
126. Algunos nacen de matriz; los mal�volos nacen en estados desgraciados; los autodominados van a estados benditos; los iluminados obtienen el Nibbana.
127. Ni en los cielos ni en medio del oc�ano, ni en una gruta en las monta�as se halla un lugar donde uno pueda permanecer a salve de las consecuencias de sus males actos.
128. Ni en los cielos ni en medio del oc�ano, ni en una gruta en las monta�as se halla un lugar donde uno pueda permanecer a salvo de la muerte.